martes, 20 de octubre de 2015

Escorial

EL ESCORIAL


Cuando Felipe II levantó este Monasterio se propuso en un principio que fuese un edificio en el que se acogiesen los restos mortales de su padre, Carlos V, y de la familia real. Para su custodia y sufragios, puso una comunidad de monjes jerónimos que elevasen sus preces a Dios en acción de gracias y en súplicas por el eterno descanso de la familia real. Poco a poco, según se fue levantando el edificio, se fueron forjando nuevos objetivos, como ser residencia real, centro de cultura, seminario de estudios, talleres de oficios, hospedería, hospital…



Los monjes jerónimos, durante casi tres siglos, fueron el alma de este gran cuerpo. Con la malhadada desamortización de Mendizábal, desaparecieron los monjes y, durante medio siglo, el Monasterio padeció de esclerosis múltiple. Gracias a la intervención de san Antonio María Claret, durante 9 años, y la llegada de los agustinos en 1885, se logró salir de ese marasmo y se dio nueva vida a este monumento.


La comunidad de frailes agustinos está integrada por sacerdotes y por religiosos jóvenes en periodo de formación, que ya han emitido los votos temporales en la Orden de San Agustín. Viven también con nosotros los niños de la Escolanía. La casa es atendida por el suficiente personal de servicio, que hace posible la buena marcha de este Monasterio.



    Dirección: Avenida Juan de Borbón y Battemberg, s/n, 28200 San Lorenzo de El Escorial, Madrid
    Horario:
    Teléfono: 918 90 50 11

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